miércoles, 20 de diciembre de 2017

Recomendaciones de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis


Recomendaciones
de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis




Mi patria era una semilla de manzana
Herta Müller, Angelika Klammer

La premio Nobel Herta Müller relata, en una lúcida conversación con Angelika Klammer, la historia de su vida desde su infancia en Rumanía hasta la actualidad.

«Me siento (una vez más) como si me estuviera viendo desde fuera». Así comenzaba Herta Müller su discurso tras la concesión del Premio Nobel. En una interesante conversación con Angelika Klammer habla de su trayectoria, desde su infancia en un pequeño pueblo rural del Bánato suabo hasta convertirse en la escritora mundialmente famosa que recibió en Estocolmo el premio literario más importante.

En Mi patria era una semilla de manzana la autora reflexiona sobre su adolescencia y juventud en la ciudad rumana de Timisoara y el despertar de la conciencia política, sus primeros contactos con la literatura, los conflictos con el régimen comunista y la construcción de un camino propio a través de la escritura; también detalla por primera vez lo que la llevó a escribir y aquello que ha determinado su obra. Por otra parte, su descripción de la llegada a un nuevo país introduce una mirada distinta sobre la Alemania de los años ochenta y noventa, así como sobre la sociedad en que vivimos hoy.

Siruela
Colección El Ojo del Tiempo
Traducido del alemán por Isabel García Adánez
224 págs.

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La expropiación de la salud
Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández

Tenemos derecho a decidir sobre nuestra salud. A los pacientes se nos ha expropiado la salud. Los médicos y el sistema sanitario nos han arrebatado el derecho a decidir por nosotros mismos acerca de si estamos sanos o enfermos. También es el sistema sanitario el que cada día más decide si estamos cuerdos o locos, si nos hemos de tratar el colesterol, la osteoporosis o la tristeza, si debemos medicarnos o ser operados. A través de ejemplos de la clínica cotidiana, los autores de Sano y salvo (6ª edición) se dirigen tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios y nos urgen a todos a cambiar de verdad.

La medicina actual se extralimita, y hay que denunciarla. Nos ha expropiado la salud, nos ha convertido en víctimas de unos «conocimientos» que imponen unos excesos que ninguna ciencia puede justificar.

Juan Gérvas es médico y se define como hombre feliz, optimista nato, crítico duro y positivo en lo cotidiano. Estudió en Valladolid donde se licenció como médico y ha sido profesor universitario en España y los Estados Unidos y médico de cabecera en la atención primaria de la sanidad pública. Tras retirarse como médico, es muy activo en la enseñanza y las redes sociales.

Mercedes Pérez-Fernández se licenció en medicina en Madrid. Casada con Juan Gérvas, han tenido tres hijos. Con tanto hombre en casa se hizo feminista de armas tomar. Ha sido médico en el barrio madrileño de San Blas durante tres decenios. Especialista en Medicina Interna y en ética médica, además baila muy bien, es alegre y animosa. No soporta a los abusones, los estúpidos ni a los chulos.

Los Libros del Lince
248 págs.

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A todo riesgo
Memorias airadas de una Pretender
Chrissie Hynde

Una voz única con una vida no apta para cobardes. Las memorias de una roquera de raza, una de las pocas que ha cambiado la historia del rock.

Son muy pocas las roqueras de raza, las que forman parte del gran circo del rock sin levantar suspicacias o alguna ceja. Chrissie Hynde pertenece a esa rara categoría después de más de 40 años vinculada al rock, primero desde una perspectiva estrictamente vital y luego como líder de los Pretenders, uno de los grupos que marcaron la música de finales del siglo xx. A todo riesgo son las memorias de alguien profundamente sincero —no se guarda nada en el tintero— y valiente que comparte con nosotros el camino recorrido un sinfín de juergas, giras, conciertos y proyectos, tan apasionante como terrible, siempre extraordinario.

Chrissie Hynde (Akron, Estados Unidos, 1952) estudió Bellas Artes en la universidad de Kent, donde fue testigo del asesinato de cuatro estudiantes por parte de la guardia nacional, el suceso que inspiró a Neil Young su canción «Ohio». En 1973 viajó a Europa con la intención de formar un grupo de rock. Cinco años después, en Londres, Chrissie lograría reunir a los primeros Pretenders y llevar adelante un proyecto que está considerado como uno de los más representativos del rock de finales del siglo xx.

Malpaso
Traducido por Ezequiel Martínez
344 págs.

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lunes, 18 de diciembre de 2017

Literatura navideña




Literatura navideña

Jesús Guerra

Si tenemos en cuenta lo extendida que está la tradición de la Navidad, sobre todo en Occidente, y la importancia que tiene en nuestra época, tanto en términos religiosos como comerciales, es evidente que exista también una gran tradición literaria navideña, una tradición literaria que, como la misma tradición religiosa, ha ido cambiando con el tiempo.

Para mucha gente, la Navidad no es más que una temporada de vacaciones en las que hay una cena familiar, acompañada casi inevitablemente de una gran cantidad de alcohol, «cuetes» y luces de Bengala, porque se festeja algo importante, aun si no son capaces de decir exactamente qué es y porqué es importante. Para otros, lo importante son los adornos: es la temporada de poner un pino y llenarlo de objetos y luces, de llenar la casa de coronas, igualmente arregladas, de colocar infinidad de muñecos, pinturas y juguetes que representan a Santa Clos, y, por supuesto, de colocar un nacimiento (un Belén, dicen en España), que puede ir de lo más sencillo hasta lo monstruosamente extravagante. Hay unos que hasta dinosaurios tienen, o jirafas, por supuesto, deliciosamente desproporcionados.
 
Para otros, la Navidad es la temporada de los regalos, sin saber por qué se dan o cuál es el significado de recibirlos. Lo importantes es la compra, o la venta de dichos regalos, dependiendo de qué lado de la barrera comercial se encuentren. Para otros más, con un sentido religioso más profundo, es una época de alegría reflexiva. Y para otros de este grupo, una alegría expansiva: son los que cantan villancicos, piden posada (en lugar de sólo asistir a una serie de fiestas con problemas de identidad), y van a representaciones de pastorelas.

Para otros más, es un tiempo de nostalgias, de tristezas y depresiones, que a veces tienen que ocultar... si es que pueden.


Para la mayoría, es un tiempo en que se mezclan todos esos elementos en mayor o menor medida. Sin embargo, una de las tradiciones que se han perdido dentro de esa gran tradición navideña, es la de leer historias navideñas, pero hubo épocas en la que esta tradición de la lectura de obras relacionadas con la Navidad fue muy importante. Ahora la hemos cambiado por las películas, por lo general cursis comedias relacionadas con esta celebración, y en particular con la figura de Santa Clos. Y si en el cine no se estrena ninguno de estos filmes, los canales de televisión se encargan de reciclar las viejas cintas navideñas, que a veces ve la familia, y a veces sólo están en la pantalla de la televisión enmudecida, mientras la familia cena hasta el hartazgo y se dan regalos unos a otros.

«La Navidad ya no es lo que era», dicen los viejos. Y tienen razón, porque todo cambia, y no necesariamente para mejorar. Y, como les decía, la tradición literaria navideña ha cambiado también. Hace varios siglos, se representaban obras de teatro en las iglesias, obras llamadas autos sacramentales, como «El auto de los Reyes Magos», del siglo XI. O «Las églogas representadas la misma noche de Navidad», de Juan del Encina, del año 1496. O se leían obras líricas como «Villancico a la misma noche», de Cristóbal de Castillejo, de 1573. Por supuesto, esto era en España (para estas últimas fechas en México apenas andábamos creando nuestro particular sincretismo).

Luego llegaron las narraciones de Navidad, como «El cascanueces», de E.T.A. Hoffman, de 1816, o «Nochebuena», de Gogol, de 1832, y pocos años después «Canción de Navidad» o, como la conocemos ahora, «Cuento de Navidad», de Charles Dickens, de 1843, que muy probablemente sea el relato navideño más popular hasta ahora. Pero la tradición ha continuado. Hay cuentos relacionados con la Navidad de autores como: Hans Christian Andersen, Dostoyevski, Pedro Antonio de Alarcón, Gustavo Adolfo Béquer, Alphonse Daudet, Ignacio Manuel Altamirano, Guy de Maupassant, Antón Chejov, Leopoldo Alas Clarín, Rubén Darío, Óscar Wilde, Benito Pérez Galdós, Luigi Pirandello, Emilia Pardo Bazán, Ramón del Valle Inclán, O. Henry, Isaac Asimov, Ramón Gómez de la Serna, C.S. Lewis (el autor de las historias de Narnia), Truman Capote, Azorín, Francis Scott Fitzgerald, Vladimir Nabokov, Paul Auster, Gabriel García Márquez, y Ray Bradbury, por mencionar sólo a algunos de los autores más conocidos.


Si en un principio estas historias, como las obras teatrales y las obras líricas más antiguas, trataban de asuntos de los personajes implicados en la historia que se supone celebramos con la Navidad, con el tiempo los argumentos pasaron a tratar asuntos relacionados con la gente, con personas comunes y corrientes —con las cuales podemos identificarnos los lectores— y lo que les sucede en los días de la Navidad. Muchas de estas historias son tristes, porque pretenden hacer que el lector reflexione, que se aleje de la locura consumista y sea menos egoísta, que recuerde que el espíritu de la Navidad está conformado por la caridad, el amor, el desprendimiento, y la ayuda a los demás. Las historias contemporáneas más bien lo que hacen es retratar a los que, por el motivo que sea, quedan fuera de la celebración. Son también, la mayoría, historias que tratan sobre personas solitarias, enfermas, muy ancianas o muy pobres, es decir: olvidadas. En este sentido, también pretenden hacer reflexionar al lector para que éste mire hacia otros lados, que conozca otras realidades.
 
Hay también, por supuesto, narraciones cómicas, extravagantes, misteriosas, de ciencia-ficción, de suspenso, de crímenes, de terror... Hay incluso cuentos eróticos navideños. La Navidad se puede incluir en cualquier tipo de narración. El único límite es la imaginación de los escritores... y de los editores.

Y así como hay, en nuestros días (pues antes hubiera resultado sacrílego) todo tipo de narraciones navideñas, pues existe todo tipo de escritores, hay también todo tipo de lectores. ¿Usted qué tipo de lector es? Lo invito a que busque las obras literarias navideñas más afines a su gusto, en librerías, en bibliotecas, en revistas, en librerías de libros usados, en libros electrónicos, en páginas de Internet, y, si todavía no lo sabe, descubra qué tipo de lector navideño es. Lo importante, en todo caso, es celebrar la Navidad, también, leyendo.




domingo, 26 de noviembre de 2017

Origen, de Dan Brown




Origen
de Dan Brown

Jesús Guerra
 
Edición de EEUU
A mediados de octubre pasado se publicó, simultáneamente en diversos idiomas, la más reciente novela de Dan Brown, la séptima que escribe y la quinta con su personaje Robert Langdon, el especialista en símbolos, religiones y arte de la Universidad de Harvard. Recordemos la bibliografía de este autor: En su primera novela —La fortaleza digital, de 1998—, y en la tercera —La conspiración, del año 2001— no aparece Robert Langdon, pues personaje fue creado para su segunda novela: Ángeles y demonios, del año 2000. La cuarta novela de este autor y segunda novela de la serie de Robert Langdon fue El código Da Vinci, de 2003, que fue, debido a que se convirtió en la obra más polémica del año (y de muchos otros años también), la que realmente lanzó a la fama tanto al autor como al personaje. La tercera novela de la serie es El símbolo perdido, de 2009, la cuarta, Inferno, de 2013, y la quinta, Origen, de este año.
 
Edición inglesa
Las adaptaciones cinematográficas, por su parte, han seguido una ruta diferente. La primera película que se hizo a partir de una novela de Dan Brown fue El código Da Vinci (de Ron Howard) en 2006, tres años después de la novela, debido a que fue el gran best-seller internacional y a la polémica que desató. La segunda adaptación fílmica fue Ángeles y demonios (también dirigida por Ron Howard), en 2009. Se estrenó tres años después de El código Da Vinci, y nueve años después de aparecida la novela. En cine, entonces, Ángeles y demonios sucede después de El código Da Vinci, pero en los libros es al revés.

Luego, Hollywood, por motivos que desconozco, se saltó la tercera novela de la serie, El símbolo perdido, aunque sí se intentó llevarla a la pantalla finalmente se abandonó (o se pospuso) el proyecto y se adaptó directamente la cuarta obra, Inferno (con muchos cambios y dirigida de nuevo por Ron Howard), que se estrenó en 2016, tres años después de aparecida la novela. Podemos suponer, por tanto, que la versión fílmica de Origen la tendremos en cines en el año 2020.

Edición francesa
Como ya es una costumbre en casos como éste, y en particular en el caso de Dan Brown, los críticos literarios que se toman demasiado en serio se han lanzado contra la novela. Insisten en algo en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo, que Dan Brown no sabe escribir, lo que quiere decir que su estilo literario es bastante malo. Pero a estas alturas, la verdad, a nadie se le ocurre leer un thriller de Dan Brown en busca de calidad literaria, lo que uno busca es una historia interesante, con una embarrada cultural a cargo de Langdon, acerca de obras de arte, artistas, iglesias y otras edificaciones de las ciudades en las que corre, se esconde y busca claves relacionadas con un misterio. Es decir: un libro entretenido. Eso sí, Dan Brown sabe construir argumentos interesantes, aún si son en el fondo absurdos y aunque finalmente le queden un tanto esquemáticos debido a que más o menos siempre sigue una especie de machote que él mismo creó en su primera novela de la serie.

Edición alemana
Sin embargo, esto no es tampoco, en sí mismo, un error, ya que estamos hablando de una serie de novelas. Pensemos en una serie de películas, por ejemplo, las de James Bond, el agente 007. Estas cintas siguen más o menos un mismo patrón, pues es lo que las hace pertenecer a una serie, además de la aparición del mismo personaje central. Y lo mismo pasa con las novelas de una serie (pensemos en las de Harry Potter, por ejemplo) y con los capítulos de una serie de televisión. Estas similitudes estructurales son necesarias, porque los seguidores de las series, si bien queremos que cada capítulo sea distinto, también queremos que se desarrolle de manera similar y en los mismos ambientes. Necesitamos lo distinto y lo familiar de manera simultánea.

Una de las características de la serie de Langdon es que siempre transcurre en alguna gran ciudad del mundo (por lo general de Europa, aunque El símbolo perdido se desarrolla en Washington, D.C.), y que algunos de los edificios, puentes, monumentos, museos y artistas de esa ciudad son parte integral de la trama. Roma, en Ángeles y demonios, París y un poco de Londres en El código Da Vinci, Florencia en Inferno y, ahora, en Origen, que transcurre en España, todo se desarrolla en las ciudades de Bilbao, Barcelona, Madrid y Sevilla.
 
Edición italiana
Ahora bien, se preguntarán ustedes, ¿de qué trata Origen? Un millonario cuarentón norteamericano, experto en cuestiones de tecnología computacional (una especie de Steve Jobs, digamos) que vive en Barcelona, invita a personas importantísimas de todo el mundo (artistas, millonarios y científicos) a una presentación que realizará en el museo Guggenheim de Bilbao, una presentación de un descubrimiento que ha hecho, que «lo cambiará todo». Un descubrimiento que responde a las dos preguntas principales que todo ser humano puede hacerse con respecto a la humanidad: «¿de dónde venimos?» y «¿hacia dónde vamos?» Por supuesto, Robert Langdon es uno de los invitados, debido a que fue profesor, en Harvard, de este relativamente joven millonario que ahora parece haber sobrepasado a su maestro: Edmond Kirsch.
 
Edición polaca
Kirsch es un conocido ateo que ataca con frecuencia a las religiones del mundo, y su descubrimiento reciente, se supone, podría acabar con estas religiones, es decir, acabar con la fe religiosa de la gente y por tanto iniciaría el proceso del desmoronamiento paulatino de las religiones, grandes y pequeñas. El anuncio se haría en el museo, en vivo, para los invitados especiales, y por Internet, para varios millones de seguidores de Kirsch. Pero, por supuesto, «algo» sucede mientras Kirsch hace una especie de prólogo al video en el que anuncia su descubrimiento, se desata el caos, y Robert Langdon se da a la tarea de descubrir un password que permitiría relanzar el video por Internet. Todo esto, por supuesto, mientras la policía española lo persigue, a él y a la directora del museo, la chica Langdon de esta historia, quien además es la prometida del Príncipe de España, un príncipe de una familia real que no es la de la España de nuestro universo.

Si usted es de los que piensan que las novelas de Dan Brown son una tontería, la solución es sencilla: no las lea. Si, en cambio, es usted un seguidor de las novelas de este autor, adelante, esta novela le va a gustar. Y si usted está indeciso, o nunca ha leído una novela de Dan Brown, haga la prueba: lo peor que puede pasar es que no le guste, y lo mejor, que la disfrute enormemente y termine por leerlas todas.

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Origen. Dan Brown. Traducción al español de Aleix Montoto Llagostera y Claudia Conde Fisas. Planeta. 660 págs.



sábado, 25 de noviembre de 2017

Primeras líneas... Origen, de Dan Brown, en tres idiomas


Primeras líneas...

Origen
Dan Brown

en tres idiomas



As the ancient cogwheel train clawed its way up the dizzying incline, Edmond Kirsch surveyed the jagged mountaintop above him. In the distance, built into the face of a sheer cliff, the massive stone monastery seemed to hang in space, as if magically fused to the vertical precipice.

This timeless sanctuary in Catalonia, Spain, had endured the relentless pull of gravity for more than four centuries, never slipping from its original purpose: to insulate its occupants from the modern world.

[Origin. Versión original en inglés de Dan Brown. Doubleday. EEUU. 2017.]

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Le vieux train à crémaillère gravissait la pente raide. Edmond Kirsch observait la crête déchiquetée. Au loin, accroché à la falaise, le monastère en pierre semblait suspendu dans le vide, comme s'il ne faisait qu'un avec la paroi verticale.

Ce sanctuaire de Catalogne résistait à la gravité depuis plus de quatre siècles, sans jamais faillir à sa mission : couper ses occupants du monde extérieur.

[Origine. Traducción al francés de Dominique Defert y Carole Delporte. JC Lattès. Francia. 2017.]

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A medida que el viejo funicular ascendía lentamente la pendiente vertiginosa, Edmond Kirsch contemplaba la irregular cumbre de la montaña. A lo lejos, construido en la pared de un acantilado escarpado, el enorme monasterio parecía colgar en el aire como si estuviera soldado al precipicio por arte de magia.

Este atemporal santuario de Cataluña había soportado el implacable tirón de la gravedad durante más de cuatro siglos sin faltar nunca a su propósito original: aislar a sus ocupantes del mundo moderno.

[Origen. Traducción al español de Aleix Montoto Llagostera y Claudia Conde Fisas. Planeta. 2017.]




lunes, 20 de noviembre de 2017

Kazuo Ishiguro, Premio Nobel de Literatura 2017




Kazuo Ishiguro, Premio Nobel de Literatura 2017

Jesús Guerra

Como recordarán, el jueves 5 de octubre pasado se anunció el ganador del Premio Nobel de Literatura de 2017. Hay una lista que cada año manejan los medios de comunicación con los nombres de los autores favoritos para ganar esa presea, la más importante del mundo en el ámbito literario. Una lista que es más bien una especulación, una suerte de apuesta, tanto de los medios de comunicación como de las academias y de los grupos literarios internacionales (sea lo que sea esto último). Nombres como los de Haruki Murakami, Salman Rushdie, Margaret Atwood y otros se mencionan con frecuencia entre los favoritos, entre los casi seguros... Sin embargo, nada es seguro ni casi seguro, y mucho menos en los Premios Nobel de Literatura.




En 2015 la Academia Sueca del Nobel sorprendió a la comunidad literaria con la premiación de Svetlana Aleksiévich, una bielorrusa que es, sobre todo, periodista; y el año pasado sorprendió más aún con el anuncio del premio a Bob Dylan, como poeta, por las letras de sus canciones. Así que este año, aunque se siguieron manejando las listas de favoritos, la comunidad literaria internacional en realidad ya no sabía qué esperar. Por lo tanto, el anuncio del premio al escritor Kazuo Ishiguro, por una parte, fue también una sorpresa pues no figuraba en ninguna de las listas de favoritos, pero al mismo tiempo fue muy bien recibido el comunicado pues este autor es muy reconocido y respetado, y ha sido merecedor de otros premios literarios importantes, como el Booker y el Whitbread. Los «literatos» respiraron con tranquilidad: por fin, la Academia sueca del Nobel regresaba a la cordura, o la cordura a la academia, el asunto es que habían premiado a un «verdadero escritor». Aun así, los chistes no se hicieron esperar en Twitter (sobre todo en español, debido al apellido del premiado: «‘Le dieron el Nobel a Ishiguro’, dice alguien. ‘¿Ishiguro?’, pregunta otro. ‘Sí, segurísimo, todos los medios lo anunciaron ya’»).




Kazuo Ishiguro tiene una característica que lo separa de otros premios Nobel (no de todos, por supuesto, pero sí de muchos otros premiados): es un autor bien conocido a nivel internacional, que recibe premios por la calidad literaria de sus novelas, y éstas, por lo general muy bien recibidas por la crítica, tienden también a convertirse en best-sellers. Es decir, es un autor apreciado por la crítica, por las academias literarias y también por el público, aunque como es lógico es mucho mejor conocido por el gran público lector de los países de lengua inglesa. Por lo mismo, es también un autor apreciado por el mundo del cine, pues dos de sus novelas han sido adaptadas a la gran pantalla, pero esto lo veremos más adelante. Por el momento les doy algunos datos biográficos de Kazuo Ishiguro, pues, aunque su nombre es japonés y nació en Japón, Kazuo Ishiguro es un escritor inglés.




Resulta que este autor nació en la ciudad de Nagasaki, Japón, el 8 de noviembre de 1954 (lo que quiere decir que recibió el premio un mes antes de cumplir los 63 años de edad); pero a los 5 años se mudó a Inglaterra con sus padres, los cuales, aunque siempre tuvieron la idea de regresar a vivir a su país, nunca lo hicieron. Kazuo Ishiguro, por lo tanto, aunque nació en Japón, de padres japoneses, recibió toda su educación en Inglaterra. De niño estudió piano, y luego aprendió a tocar la guitarra, y cuando estaba en la universidad tenía un grupo de rock y su deseo era ser músico profesional. En algún momento de su vida se dio cuenta que la música no sería su forma de vida y comenzó a dedicarse a escribir, aunque ha seguido escribiendo letras de canciones y sigue tocando la guitarra. Ha declarado que le encanta haber recibido el premio un año después de Bob Dylan, pues el cantautor norteamericano ha sido uno de sus héroes desde su adolescencia.




La obra de Ishiguro no es muy extensa. Tiene apenas siete novelas: Pálida luz en las colinas (de 1982, traducida por Ángel Luis Hernández, publicada por Anagrama en 1994); Un artista del mundo flotante (de 1986, traducida también por Ángel Luis Hernández, publicada por Anagrama también en 1994); Los restos del día (de 1989, traducida por Ángel Luis Hernández, publicada por Anagrama en 1992); Los inconsolables (de 1995, traducida por Jesús Zulaika, publicada por Anagrama en 1997); Cuando fuimos huérfanos (del 2000, traducida por Jesús Zulaika, publicada por Anagrama en 2001); Nunca me abandones (de 2005, traducida por Jesús Zulaika, publicada por Anagrama en el mismo año, 2005); y El gigante enterrado (de 2015, traducida por Mauricio Bach, y publicada por Anagrama en 2016).




De estas obras, como ya mencioné antes, dos han sido adaptadas al cine: Los restos del día, de 1993, dirigida por James Ivory, con interpretaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson, en los papeles principales; y Nunca me abandones, de 2010, dirigida por Mark Romanek, e interpretada por Carey Mulligan y Keira Knightley, entre otros.

De los cuatro guiones escritos por Kazuo Ishiguro, los dos primeros fueron para la televisión inglesa, y los otros dos son de La música más triste del mundo, dirigida por Guy Maddin, en 2003, y del film La condesa rusa, dirigido por James Ivory, en 2005.




Kazuo Ishiguro tiene también un libro de relatos, llamado Nocturnos: cinco historias de música y crepúsculo (de 2009, traducido al español por Antonio-Prometeo Moya, publicado por Anagrama en 2010).




Espero que les interese acercarse a la espléndida obra del nuevo Premio Nobel de Literatura; recuerden que no es (o no será en unas semanas más) difícil de conseguir, de seguro sus editores españoles estarán resurtiendo las librerías del país con los libros de este autor.